“Piqué es un payaso”. Estalla la guerra (o “¿Sabes la verdad?”. Y un chivato la cuenta)

El central catalán provoca un incendio monumental en el Barça

Parece una broma. El culebrón de Antoine Griezmann se ha convertido en una de las mayores ridiculeces de la historia. Sobre todo para el FC Barcelona. Los responsables del club catalán han quedado más que retratados.

El fichaje del delantero francés era un secreto a voces. “Griezmann vendrá, estamos seguros”, aseguraron algunas voces de la entidad, pero lo único cierto es que el delantero ha dado calabazas al Barça y se quedará en el Atlético de Madrid.

El club no da crédito con Gerard Piqué

Pero lo realmente alucinante del asunto es que el francés convocó a los telespectadores a ver un documental que se iba a emitir en el canal #0 de Movistar, donde iba a comunicar su decisión, en el último show del jugador colchonero, que además estuvo producido por Gerard Piqué y que aplaudió Samuel Umtiti celebrándolo con palomitas. Una situación que, sin duda, dejó en evidencia a los mandatarios culés.

Gerard Pique twwetSamuel umtiti tweet

Indignación con Gerard Piqué

Por un lado, porque hace días que el galo sabía que no firmaría por el conjunto culé. Es decir, o los dirigentes han estado engañados hasta el último momento, lo que significa que no se han centrado lo suficiente en la operación, o se han hecho los locos con el asunto para dejar mal al jugador.

Por otro, porque es inadmisible que un futbolista conozca desde hace tiempo que no se producirá una operación que en el club dan por supuesta. “¿Sabes la verdad?”, preguntan en los despachos culés, donde no dan crédito a que Gerard ya supiera como terminaba la historia. Y lo había mantenido en secreto.

Igual de inaceptable es que otro de los miembros del equipo ‘celebre’ que un crack mundial no fiche por su equipo.

Cabe decir que al club no le ha sentado nada bien la implicación de Piqué en el reportaje de Griezmann y menos que Umtiti ‘celebre’ en Twitter que Antoine no recalará en el Barça. Algunos en la T4 del Camp Nou se lo han tomado como un desafío, y es que lo ocurrido es una clara muestra de que el poder de los futbolistas se les está yendo de las manos.