Preocupado. Leo Messi no ve nada claro el camino que está siguiendo el FC Barcelona en esta pretemporada. Las derrotas ante el Real Madrid le han dolido como pocas al pentacampeón del Balón de Oro.
Ya antes de la salida de Neymar Jr, el argentino tenía la mosca tras la oreja con la inoperancia de la directiva en cuestión de reforzar el equipo. Después de la fuga del brasileño y con 222 millones de euros esperando en la caja para ser invertidos, el mosqueo de Messi empieza a ser de los gordos.
La continuidad de Leo en juego
Una de las condiciones que puso el argentino para renovar su contrato fue la de que le construyeran un proyecto de garantías a corto/medio plazo.
Pero el camino que siguen los responsables hacen sospechar al astro de Rosario que los resultados no llegarán ni a largo plazo. El hecho de que no haya estampado su firma en su nuevo contrato es buena prueba de que el argentino está a la expectativa.
Las informaciones de las últimas horas tampoco ayudan. Las noticias sobre el fichaje de Ousmane Dembélé no son nada buenas, pues las negociaciones se han estancado y de momento el francés sigue lejos del Camp Nou.
Messi toma la palabra
Ante esta tesitura, el ’10’ culé ha tomado la palabra y mediante el entorno ha lanzado un globo sonda a la directiva con algunas peticiones. El equipo necesita recomponerse y con urgencia.Pronto no habr´ña marcha atrás.
El delantero presiona para que si la llegada de Dembélé se atasca, en el club vayan a por Paulo Dybala o a por Ángel di Maria. Dos jugadores contrastados y que aportarán muchas cosas al equipo de las que ahora carece.
Leo incluso apostaría por que los responsables se aseguraran los servicios de Antoine Griezmann para la temporada que viene. Si en la directiva quieren asegurarse el futuro de Leo ya saben lo que toca: refuerzos de garantías.
