Messi lo sacrifica. Bartomeu tiene orden de venderlo. Titular del Barça de Quique Setién

El capitán se carga a un peso pesado del vestuario

Leo Messi tiene dos cosas muy claras de cara a este verano. La primera y las más importante es que el Barça debe reforzar sus delantera con, como mínimo, un jugador top. Y ese no es precisamente Lautaro.

De hecho, en los últimos días el capitán ya le ha hecho saber a Josep Mª Bartomeu y los suyos que no debe ser el argentino del Inter de Milán la prioridad, sino que el objetico número uno debe ser Neymar.

El brasileño, como bien sabe Leo, ansía volver al Camp Nou para recuperar la ambición deportiva dejando de lado su bruta sueldo en París. Por su parte, Messi tiene muy claro que la vuelta del carioca ayudaría, y mucho, a conformar un ataque en el que la banda izquierda sería realmente un puñal.

Neymar  | EFE

Messi sacrifica a Griezmann

Entre otras cosas porque Antoine Griezmann no es un jugador que, según Leo, haya aportado mucho al ataque culé. Y más teniendo en cuenta que, normalmente, el Barça juega con tres delanteros. El francés es un excelente jugador, pero se siente mucho más cómodo jugando por dentro con un punta de referencia.

No así Neymar, que vive en la banda, donde tiene mucha más capacidad de dribbling que un Antoine que ha demostrado en muchas veces esta temporada que, si está encerrado en la banda izquierda, tiene poco recorrido.

Antoine Griezmann | EFE

De ahí que Messi, que además tampoco es que tenga una muy buen relación con el galo, le haya hecho saber a Bartomeu y a Quique Setién que deben sacrificar a Antoine para que llegue Neymar. Es más, la idea de meter al francés en el traspaso gusta entre los capos del vestuario, que ya se están mojando para que el brasileño tenga una vuelta (si es que vuelve) más plácida.

En el PSG ya han avisado de que no van a poner ninguna facilidad para que Neymar salga. Es por eso que Messi, que sabe que el fichaje de su amigo Ney no será fácil, ha puesto encima de la mesa la opción de meter a Griezmann en el traspaso.

Una manera de matar dos pájaros de un tiro. Sacrificar a un jugador con el que no se entiende ni dentro ni fuera del campo para que llegue un crack con el que Leo formó ya, junto a Suárez, una delantera letal.