Luis Suárez tiene la primera enganchada con Griezmann (o el lío que tapa el Barça. Y es muy feo)
La relación entre el uruguayo y el francés no empieza con buen pie
Atado. Con casi toda seguridad el delantero del Atlético de Madrid Antoine Griezmann será jugador del FC Barcelona la próxima temporada.
No será hasta el 1 de julio que el conjunto culé no podrá pagar su cláusula. Será a partir de entonces que la cláusula del futbolista baje de los 200 a los 100 millones de euros. Es el acuerdo al que llegaron jugador y club colchoneros el pasado verano, cuando el galo se iba a ir y en el club rojiblanco le pidieron que se quedara un año más mientras durara la sanción de la FIFA, que les impedía inscribir a ningún jugador durante dos periodos de mercado.
El Barça ultima los detalles con Griezmann
Pero el que no sea hasta entonces que no se vaya a cerrar el fichaje no quiere decir que desde el conjunto catalán hayan iniciado las negociaciones con el delantero. Son muchos los detalles a concretar y los responsables culés quieren llegar a la fecha con los deberes hechos. No quieren dejar nada suelto, al azar.
Uno de los temas a tratar en las conversaciones es el sueldo que cobrará el galo. Un asunto que puede traer un problema gordo al vestuario blaugrana.
Griezmann pone sus exigencias sobre la mesa
El motivo es que Antoine pretende cobrar un sueldo superior a los 15 millones de euros netos. Es decir, sus intenciones pasan por convertirse en uno de los mejores pagados de la plantilla.
Concretamente, el francés se situaría en el segundo escalón salarial, solo por debajo de Leo Messi, que ingresa unos 40 millones netos anuales, y a la altura de Luis Suárez, que se embolsa entre 15 y 20 ‘kilos’ limpios por temporada.
Los cracks responden
Unas cifras que tienen a los pesos pesados con la mosca tras la oreja. Messi, Suárez y compañía no están dispuestos a tener en la plantilla un futbolista que acabe de llegar y que de entrada ya ostente el mismo sueldo que a otros les ha costado conseguir varios años de trabajo sin descanso.
Otorgarle este sueldo a Griezmann le adjudicaría unos galones y un estatus que le pueden poner en el punto de mira de los cracks. Desmontaría la jerarquía montada y rompería el equilibrio, y los capos de la plantilla no lo piensan consentir. Todavía no ha llegado y ya ha provocado la primera enganchada en el vestuario. Mucho ojo.