Luis Suárez monta el show en el Barça (¡Ojo al lío!)

El mejor amigo de Leo Messi atraviesa su peor momento en el Barça

Luis Suárez protagonizó un flechazo con la afición del FC Barcelona cuando llegó. Fue un amor a primera vista.

Si bien su contratación generó algunas suspicacias, por eso de si sería posible encajar a tres delanteros de tanto nivel como eran Leo Messi, Neymar y Suárez, pronto quedó evidenciado que ello no iba a ser un problema.

No fue fácil porque El Pistolero cumplió muchos partidos de sanción y, al estrenarse, le costó más de la cuenta marcar goles. Pero solo con su actitud y empeño enamoró a la hinchada.

Los goles llegaron porque estaba escrito que así debía ser. Y porque con las ganas que ponía el charrúa, era cuestión de tiempo que ocurriese. Una vez se entonó, fue del todo imparable.

Luis Suárez ha marcado 124 goles con la camiseta del Barça y ostenta el honor de haber sido el más precoz en alcanzar la cifra de los 100 tantos. Un centenar de dianas que logró en su tercera temporada vestido de azulgrana.

Sin embargo, el curso presente está siendo el más difícil para Suárez. Su cuarto curso, con cambio de entrenador incluido, se le está atragantando. No se le recuerda tan poco acertado cara al gol.

Pitos como puñales

La mala racha que encadena ha llevado a una situación del todo inesperada: este sábado, durante el Barça-Sevilla –que los azulgrana vencieron pese a firmar otro mal partido–, la hinchada local pitó por primera vez al delantero uruguayo. Algunos están perdiendo la paciencia.

Fue un gesto minoritario, llevado a cabo por un reducto de aficionados críticos –los llamados ‘tribunerus’– pero que caló hondo en el jugador. No atraviesa un buen momento.

Los pitos sentaron como una patada en el culo a Suárez, que mostró su cara más amarga en el vestuario y estalló cuando un compañero quiso bromear con él. El mejor amigo de Messi está preocupado y a la vez enfadado por esta falta de confianza que no entiende.

No cree merecer los pitos porque, desde que llegó, se lo ha dejado todo en el campo. Es infatigable y sigue generando ocasiones de gol. Simplemente necesita recuperar la confianza y sentir más cercano el aliento del entrenador, Ernesto Valverde, con quien no termina de sintonizar.