Los empleados del Barça celebran la caída de Rossich y de su núcleo fuerte

El director general del Barça se marcha del club con enemistades en diferentes parcelas de más o menos peso

Los empleados del FC Barcelona celebran el relevo de Antonio Rossich por Nacho Mestre de la dirección general del FC Barcelona. El núcleo fuerte del ex consejero delegado de Grupo Planeta seguirá sus pasos lejos de la entidad que preside Josep Maria Bartomeu. Rossich y sus hombres de confianza han forjado pocas amistades en las diferentes parcelas del club.

«Rossich cae mal en general, presionaba mucho y nunca ha hablado con los trabajadores del club», asegura una fuente cercana a los últimos movimientos internos del Barça. La misma persona afirma que el ex director general «no es buena persona» y «no es nada comunicativo». Le gusta gestionar desde la sombra. La toma de decisiones la dejó en manos de «los amigos que ha metido en la entidad», como Emili Sabadell, tan criticado en los pasillos del Camp Nou.

Tres personas de confianza

Austero como pocos –ordenó que las fotocopias se hicieran en blanco y negro durante los primeros años—, Rossich ha causado controversia dentro y fuera del Barça con sus decisiones. Incluso ha generado conflictos entre directivos. De su cabeza surgieron las propuestas de prohibir la introducción de cascos en el estadio y la obligatoriedad de que los menores accediesen al Camp Nou con entrada por cuestiones de seguridad.

Entre las decisiones de Rossich destacan los fichajes de tres hombres de su confianza: Néstor Amela, director del área de economía y finanzas; Álex García-Gascón, responsable de seguridad, y Emili Sabadell, ahora director del primer equipo tras cuatro años al mando del área de operaciones –su lugar lo ocupará Gabi Pérez en enero. Todos ellos están en la lista negra de Bartomeu.

Muchos despidos

La posible salida de Sabadell alivia a los jugadores del primer equipo. Es persona non grata en el vestuario y le relacionan con los despidos de Quique Costas tras 43 años de servicio y del utilero Txema Corbella, con 32 temporadas en el club. Como director de operaciones se ganó la antipatía de los empleados de apoyo tras una severa reestructuración interna. Priorizó la contratación de personal subcontratado a la manutención del existente. Bajo su batuta, el Barça ha quedado con 100 trabajadores propios por los 800 que tenía hace unos años.

Sabadell era la mano derecha de Rossich –trabajó a sus órdenes en la división internacional de Grupo Planeta en Panamá— y, posiblemente, uno de los hombres con más poder en el Barça. Según algunas fuentes, Sabadell ha aprendido los métodos de su superior porque tampoco da la cara en la toma de decisiones impopulares. Recurre a terceros para notificar los despidos y para discutir informaciones que no comparte.