Griezmann tiene la primera bronca con Messi

Saltan las primeras chispas entre los dos cracks

Cada día que pasa parece más claro que el fichaje de Antoine Griezmann por el FC Barcelona está más cerca que nunca. Los contactos entre el francés y el club blaugrana están muy avanzados y todo apunta a que el próximo verano el del Atlético de Madrid hará las maletas de camino al Camp Nou.

Ya el pasado verano Bartomeu y los suyos fueron a por él, pero desde la directiva del Atlético le pidieron que se quedara un año más viendo que no podrían fichar a nadie. El galo aceptó con la condición de que el al año siguiente su cláusula bajara de los 200 a los 100 millones.

Y allí es donde entra en juego el club catalán. El Barça pagará esa cláusula una vez acabe el Mundial de Rusia y Griezmann será culé. Esos sí, por mucho que queden aún algunos meses, ya ha saltado las primeras chispas.

La primera bronca

Y es que el delantero rojiblanco ya se ha enterado que hay un jugador de la plantilla del Barcelona que no quiere ni verlo. No es otro que Leo Messi. El argentino está presionando mucho al club para que no fichen a Griezmann.

El motivo es muy claro. Leo sabe que si viene el galo su gran amigo Luis Suárez pasará a ser el segundo plato de Valverde. El uruguayo es a día de hoy el delantero referencia del equipo -con el permiso del argentino- pero el día que Antoine pise el Camp Nou, ese rol cambiará.

Una situación, la de Messi pidiendo que no venga, que no le gusta nada al francés. Es por eso que por mucho que ya está casi todo cerrado, Griezmann se ha plantado y ha puesto una condición indispensable para fichar por el club catalán.

Sí o sí

Y esa condición no es otra que la de ser titular indispensable sí o sí. No dejará el Atlético para calentar banquillo en otro club. Sabe que tiene el potencial para ser titular en el Barça y en cualquier otro equipo.

Así se lo ha hecho saber a Bartomeu, a quien le ha dicho alto y claro que no vendrá si no juega siempre. Eso implica que, o bien Valverde se rompe la cabeza para hacer jugar a los tres, o bien Suárez se queda en el banquillo.

Una situación que no tiene fácil solución y que, por mucho que se dé el fichaje por cerrado, puede hacer que la operación salte por los aires.