Jugadores del Real Madrid amenazan a Zidane si no rectifica

Las relaciones en el vestuario blanco se tensan de verdad con el francés por primera vez

Bronca en el seno del Real Madrid. El vestuario blanco se ha convertido en una olla a presión a raíz de la polémica generada el pasado miércoles en Mestalla.

Sergio Ramos, capitán del equipo, ha cogido el toro por los cuernos. El futbolista sevillano parece que mande más que el propio entrenador allí dentro y mandó un mensaje feroz. En tono amenazante.

El camero se reunió con Zidane y le cantó las cuarenta. El técnico galo parece retroceder cuando se topa con el rudo defensa, que quiso aclarar el malentendido.

Zizou, como le llama siempre Ramos de forma cariñosa y amigable, compareció en rueda de prensa para exponer su opinión en la previa frente al Villarreal.

Si el miércoles tras la derrota de Valencia, el galo había hablado de falta de actitud –mientras que Ramos dijo que la actitud había sido buena– esta vez lo negó.

Zidane dijo que «la actitud fue muy buena» y dirigió las críticas a los despistes y fallos de concentración que tienen en ocasiones. De esta forma, daba la razón a Ramos.

Zidane da marcha atrás

El de Camas, en ocasiones, parece tratar a Zidane más como a un colega de equipo que como al técnico que se supone que es. No hay autoridad.

«Creo que decimos la misma cosa. Cuando Sergio dice que no faltó actitud es verdad, a lo mejor me equivoqué yo«, se excusó Zidane en rueda de prensa.

Recordó el duelo contra el Valencia: «Entramos bien al partido con el balón, pero tuvimos dos fallos y nos metieron ese 2-0 (…) pero es verdad que la actitud fue muy buena».

Fue entonces cuando detectó el principal mal del equipo: «Por eso solo hay que analizar, pensar y destacar los momentos clave: el inicio y el final de partido, tenemos que estar más concentrados. Eso es difícil para nosotros. La constancia es nuestra dificultad«.

Problema zanjado. Zidane dio la razón a Ramos y evitó un conflicto mayor. Pero en el vestuario tienen la mosca detrás de la oreja. No es la primera vez que Zidane carga contra los futbolistas. Y no les gusta.