Messi apuñala a Neymar por la espalda (¡Hay lío!)

Una importante facción del vestuario está cansada de que el brasileño repita la misma historia de siempre cada verano

Cada verano la misma historia. En el vestuario del FC Barcelona hay algunos pesos pesados que están hartos. Consideran que Neymar se pasa de la raya para captar la atención.

El negocio del fútbol es el que es y hay un papel imprescindible en la parcela de marketing que entra en juego. Los cracks lo utilizan para ganar más dinero.

Cuanta más notoriedad, más pagan las grandes firmas. Sin embargo, lo de Neymar pasa de castaño oscuro. Verano tras verano monta un show para ocupar las portadas.

Es evidente que el brasileño se deja querer por otros clubes, aunque siempre insiste en la idea de que se quiere quedar en Barcelona. Pero si arma algún pequeño jaleo, mejor que mejor.

En el vestuario creen que todo lo que hace Neymar está enfocado a tener más protagonismo, portadas y notoriedad que pueden repercutir en su cuenta de resultados. Juego sucio.

Los futbolistas entienden que llegada la hora de renovar hay que activar ciertos mecanismos para meter presión a los clubes. Pero cuando todo está tranquilo, no hace falta disparar las alarmas.

La broma de Lucas Lima prendió la mecha

En este caso, la polémica nació en Brasil. Dicen que los Neymar están enfadados porque el Barça finalmente no cerró la contratación de Lucas Lima.

El fichaje del centrocampista del Santos no era necesario para reforzar la plantilla. Pero ellos no lo entienden y han montado en cólera. Especialmente el padre de Neymar.

Esta situación propicia como resultado ese incómodo silencio que se generó en el aeropuerto de El Prat cuando aterrizaron Neymar y su padre después de una breve escapada a Ibiza. Mil preguntas sobre su futuro. Ninguna respuesta.

Ese silencio ha sido interpretado como un enfado. Como un nuevo mecanismo para meter presión al Barça. Y ha ido de la mano de los nuevos rumores sobre el interés del PSG en el jugador.

Y lo peor de todo: ha encendido a los pesos pesados del vestuario. Empezando por Leo Messi, que ve como cada vez más el clan Neymar intenta sacar tajada del club de sus amores.  

En el equipo se impone una máxima: quien no quiera estar que no esté. Los que estén, a tope. Además, creen que con el dinero por Ney, el Barça ganaría en calidad con nuevos fichajes.